aunque no digas nada,
eso que llevas dentro
que pesa y arrastras;
yo guardaré silencio,
mi alma será tu alma
para aliviar soledades
de cargas y cargas...
Hay manos que se extienden,
que se ofrecen
en tu destino,
para que no andes solo
por muy fuerte que
siempre has sido.
Ahí estoy yo
en el último rincón,
en la última mirada,
en la última palabra...
respirando en tu respiro.
Sin cadenas que nos aten
sin pedirte compromisos...
Ahí estoy yo
ofreciéndote mi fuerza,
mi consuelo contenido
para hacer,
si tú quisieras,
más ligero... tu camino.
Foto extraída de Google |
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