De qué madera me hice

De qué madera me hice
para soportar tus otoños
que arrancaron hoja a hoja,
las primaveras de mi alma.

¡Pobre amor que se cegó
al andar junto a tu iracundo destino!,
pues aniquiló la gracia de nacer
en tierras de verde prado.

De qué madera me hice
para dejarme herir con tu frío,
y tu luna salpicada
de noches que desvelaron sueños.
con amargo canto de hachas.

Y en ese agrio sabor
donde el no importarte
dañar tierra ajena,
mi alma llora pena,
muriendo en mi callada boca
aquel rosal en  rosas, que un día,
tu semilla germinó.

De qué madera me hice
para que apretaras mi corazón.
con tus manos lastimosas,
hasta hacerlo silueta negra
avergonzando mi vergüenza,
ramajes secos de este ciego amor.

¡Pobre amor que se cegó
al andar junto a tu iracundo destino!,
pues morí naciendo en ti
consolando tus mañanas violetas,
haciendo vivo en mí
tu creer de mundos caídos.

De qué madera me hice,
para que después de lo sentido,
cubrieras de negras hojas... coronando mi rocío.



Foto extraída de Google

2 comentarios:

  1. Maravillosa entrada muy bello gracias por escribir estas maravillosas letras que llegan al alma feliz fin de semana saludos cordiales

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    1. Gracias a ti por adentrarte en ellas.
      Siempre será un honor rozar con mis escritos el alma.
      Un fuerte y afectuoso abrazo.

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