Poema a mi padre.

Aquí estoy,
sin más días que los que me diste.
Sin más palabras que las que me enseñaste.
Persiguiendo, inconsciente,
otro último adiós insurgente.
Y me cuesta tanto este silencio...
que no me lloro para no llorarte.

Aquí estoy,
de comprensión pasajera,
a la espera de un resplandor a ciegas,
ya con el tiempo crecido en mí,
ya con el tiempo crecido sin ti.
Y me cuesta tanto el no tenerte,
que no te olvido para no olvidarte.

Aquí estoy,
dibujando el surco de tu rostro
para no darle fin a tu mirada
y sentir que te perdiste bajo tierra
y borrar la distancia que nos separa.
Y me cuesta tanto el no recordarte,
que hasta se olvida el olvido de olvidarte.

Aquí estoy,
no para abrir baúles de tristeza,
sino para esperarte en esta luna llena
hecha de dosis de ti mismo.
Derrochando azules primaveras.
Imaginando ver salir el sol contigo.
Y siento que, aunque no pueda alcanzarte,
sigues vivo en mí...
cuando te miro al mirarme.



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