vestida de azul y por paisajes violetas,
sin ese tumulto que cansa y rompe,
camino en las húmedas mañanas
o entre las cosas triste que enmudecen.
Camino... pensándote.
Y allá estás tú
volando en solitario
y mi vuelo no te alcanza
y desciendo en el tiempo,
siempre en calma,
dejando caer los días
barridos de palabras.
A veces, me inunda tu voz
y la exprimo en silencio
con la mano de los secretos,
y el latido se acelera
sin apenas tocar el cielo,
y me crezco por dentro.
Me recuesto en la noche
(y te pienso)
y vuelve a mí tu perfume,
con ese aire desnudo
que no arrastra furias,
ni mañanas de espesuras,
destinándome a guardar en tu boca
unas sílabas mojadas.
Yo camino con la calma
de saber quien eres,
lavando tu coraza con espuma de mar
sin desfallecer en las largas horas,
mientras estaciona ternura en tu alma
y la paciencia del miedo,
hace nieve sobre nuestros cuerpos.
Solos ante iguales caminos!,
(y te siento)
y de nuevo el corazón enloquece,
se desborda, se hace sitio,
se hace sol, se hace sombra,
se hace paz, se hace guerra...
Y allá estás tú, volando en solitario!
Y retorno al camino de la calma
sin el funesto amargor del dolor,
ya me acostumbré a digerir
tu memoria en mi memoria,
tu soledad en mi historia de la Vida.
Desde que te conozco
viajo sin ti.
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