cuando vive ciego,
cuando el mar de la verdad
no son más que barrotes inútiles.
Cuando su canto,
no es más que un ímpetu amargo
o un grito perdido
que corta la pureza del sentir.
Erra el amor
en la ceguera herida,
por piedras bravías
del poderoso que acarició, con rocío,
para ocultar sus espigas.
Y en ese Otoño,
de mar apagado,
de luz quebrantada
estremece, inmóvil, el vacío.
¡Pobres ojos
que no han descubierto
la tristeza de morir de a poco!,
pues la ceguera del amor
no entiende de corazones sin recuerdos,
del frío temblor del aire
o de dolores que cambian al alma.
Erra el amor
cuando vive ciego,
a la espera de vestidos celestes
o a los regalos violetas del viento
que con sus aromas,
creen volverte a la vida.
Foto extraída de Google |
La ceguera del amor... todo un tema. Me encantó
ResponderEliminarUn verdadero placer para mí que te gustara.
EliminarGracias, José C
Ciegos a todos nos deja, es la pura verdad
ResponderEliminarSí, Juan Cabezuelo, ciegos...
EliminarGracias, amigo.
Me complace leerte.
Muy bello.
ResponderEliminarGracias, adriano guimareans, un placer el que te guste mi poema.
EliminarDolorosa ceguera q a casi todos salpica.
ResponderEliminarMe gustó tu poema.
Te sonrío con el Alma.
Dolorosa ceguera q a casi todos salpica.
ResponderEliminarMe gustó tu poema.
Te sonrío con el Alma.
Desgraciadamente, he de darte la razón.
EliminarMe llega al alma que te gustara mi poema.
Ella te devuelve la sonrisa con mucho amor.