Te lloré en la noche y en el día,
en la ternura y en la ira
en la grandeza y en los bolsillos rotos.
Te lloré a mi lado y en las ausencias,
en cada sílaba de mi corazón
o en ráfagas de frases.
En los huecos de tus silencios
o en el palpitar que interrumpen los besos.
Te lloré hasta consumirnos entre nosotros
dándote la vida que a ti te faltaba
y así, arrancaste el fuego de mi amor...
pero te seguí llorando, desnuda y desgarrada.
Te lloré en tu mundo de piedras,
unas veces relucientes,
otras veces, desgastadas.
Te lloré en la euforia del Yo soy
y en el amargo y humedecido Quién soy...
Te lloré, aun no hallara nada en ti
sino dos ojos perdidos
condenados en la memoria,
en esa que se pierde para no dejar nada.
Te lloré en el aire, en las colinas,
en el color del trigo, en las ventanas abiertas...
En esos pasos que van y vuelven.
Te lloré sin herirte,
aun mi dolor fuera más profundo que tu abismo.
Te lloré con ojos ciegos al rencor.
Te lloré viéndome débil.
Traté de encontrar en mis rincones
una mano que, al remover el recuerdo,
sacara jirones de mi pecho,
pero no...
sólo hallé alas doradas,
el mar volando sobre el tiempo,
Primaveras puestas en mi alma
o una suave brisa acariciar mi cara
con esa suavidad que sólo el tiempo sabe.
Te lloré en los años de mi vida...
Te lloré queriendo olvidarte
pensando en tu recuerdo.
Foto extraída de Google |
Es precioso, me ha llegado al alma. Me recuerda taaaantas cosas!!! Es un poema de una sensibilidad exquisita, felicidades y gracias por compartirlo
ResponderEliminar"Llegar al alma"... Mi propósito en cada verso... Gracias, Chari BR7.
EliminarTodo un honor para mí.
realmente muy bonito
ResponderEliminarMe alegra mucho que te gustara mi poema. Espero que mi siguientes versos te gusten de igual manera.
EliminarMuchas gracias.