Por si un día me buscas
te dejo en letras
que mi amor será el mismo
del que calla mañanas con bocas de tardes,
del que desata los nudos
para que corras libre
y alces al viento la luz de tus alas.
Pero ahora te pido,
aun con ojos de invierno,
que me liberes de ti.
Necesito tenerme
sin que tu trémula mano
sin que tu trémula mano
arda loca, ávida de sed,
esperando agua que aniquile al fuego,
esperando agua que aniquile al fuego,
o que siempre seas tú el que camines esperanza
para que mis besos ande tu senda
y que lata, viajero, mi corazón.
Me persigue la fatiga de las palabras que enmudecen.
Y en esta tierra
en la que mi tinta no es fecunda,
en la que mi tinta no es fecunda,
he de andar descalza para renacerme sílaba.
pues las sandalias que calzo
hacen a mi alma presa, luto del dolor.
Muerte dieron a las raíces de mi siembra
el despertar de los temores.
Necesito irme para regresar.
Pertenecerme,
para que cuando me hable
para que cuando me hable
comience la grandeza del yo soy,
admitiendo los tejidos de mis inseguridades,
esos, que como redes,
atrapan el querer y el poder de mi pluma.
atrapan el querer y el poder de mi pluma.
Y si te decía que navegaba por aguas azules
era para que no sintieras que mi navío
ya era naufragio de la soledad,
de esa que no suena cayendo
pero te hace seguidora del silencio,
y te sumerge en las ausencias
para perderte en las distancias.
para perderte en las distancias.